Para empezar es importante saber cómo un animal salvaje como el lobo antiguo se convirtió en el mejor amigo del hombre.
Esta amistad se dio gracias a un complejo proceso de domesticación que se inició en Europa por las poblaciones nómadas que se dedicaban a la recolección y la caza, hace entre 32.000 y 19.000 años.
Según la hipótesis más aceptada, los lobos aprovecharon los abundantes restos de comida que dejaban los humanos en sus lugares de caza o a las afueras de sus asentamientos, hasta acostumbrarse al contacto visual.
Luego los lobos empezaron a seguir los clanes nómadas en su desplazamiento, expandiéndose por el resto del mundo. Incluida américa.
Poco después de este acercamiento se presume comenzaron a aparecer ciertas características que hoy en día asociamos a los perros como su mansedumbre y el pelaje más claro.
Otras características como el pelaje menos abundante y la capacidad para el pastoreo probablemente sean mucho más recientes.
En cuanto a la gran variedad de razas que existen en la actualidad, estas son atribuidas a modificaciones genéticas impulsadas por los humanos a través de la cría selectiva.
Si quieres comprender la conducta del perro, debes conocer cómo percibe el entorno que le rodea, los sentidos de los perros intervienen en su proceso de comprensión ya que les permite extraer información de su ambiente para analizarla y responder a ella.
La vista
El perro posee una vista especializada en la captura de presas en condiciones de poca luz; de hecho muchos científicos lo califican como “Un cazador crepuscular”.
Las primeras investigaciones sobre la vista del perro hablaban de que solo era capaz de ver en blanco y negro, posteriormente se pudo demostrar que el perro posee dos tipos de conos receptores en su retina. Que podría hacer posible una visión a color aunque con una sensibilidad diferente al a nuestra.
El oído
Desde un punto de vista anatómico el oído además de permitirle al perro percibir los sonidos, representa una herramienta muy importante para su equilibrio y orientación.
La sensibilidad que tiene el perro a los sonidos es muy parecida a la del humano cuando se trata de sonidos de baja frecuencia, pero en cambio es más sensible que las personas a los sonidos de alta frecuencia.
Esta sensibilidad auditiva le permite escuchar hasta cuatro veces mejor a una cierta distancia; si nosotros podemos escuchar algo a 80mts aproximadamente, el perro podría escucharlo a 400mts de distancia.
¡Por eso la mayoría de los perros se alteran al escuchar sonidos fuertes como los fuegos artificiales!
Además, el perro dispone de más de 18 músculos diferentes que le permiten mover las orejas en todas las direcciones.
El olfato
Este es el sentido más desarrollado del perro, más del 40% de su cerebro está dedicado al análisis de los olores, Los receptores del olfato están situados en una región especializada que recibe el nombre de mucosa olfativa.
Se calcula que el perro posee entre 200 y 300 millones de receptores olfativos (dependiendo de la raza) mientras que el ser humano tiene 5 millones, esto le permite al perro detectar olores incluso a más de 12 metros de profundidad bajo tierra.
Además del color corporal formado por las diferentes secreciones del organismo. El perro utiliza la emisión y captación de feromonas.
Las feromonas son componentes elaborados en distintos puntos del organismo que se encuentra presentes en los fluidos corporales de todos los mamíferos, tal vez incluso en el ser humano.
Estas feromonas son captadas por un olfato especializado, denominado órgano vomeronasal o de Jacobson que se encuentra ubicado en la arte anterior del tabique nasal, cuenta con una conexión con el canal incisivo superior, pequeño conducto que comunica la cavidad nasal y la cavidad bucal.
Mediante un elaborado movimiento de la lengua y de los labios, el perro logra que una parte del aire pase por el canal incisivo, permitiendo su entrada en el órgano vomeronasal.
El gusto
Este sentido es el menos estudiado, lo que se sabe de él es que precisa de la ayuda del olfato para saber si una cosa le va a gustar o no.
Al igual que nosotros, el perro dispone de papilas gustativas en su lengua, que son las responsables de transmitir la información al cerebro, y las utiliza para probar sabores, para salivar, para activar el sistema digestivo, y como medio de apoyo para el olfato.
El tacto
En los cachorros este sentido es de vital importancia para que puedan encontrar a su mama, más adelante utilizan sus almohadillas plantares para recibir información.
Los estímulos táctiles tienen una función importante en la relación del perro con las personas, bien desarrollado, una caricia puede convertirse en la mejor recompensa.