Los cachorros a partir de su cuarta semana de vida comienzan
a moverse con mayor libertad, conocen su entorno y se interesan por los
elementos que lo componen.
Así mismo, la relación con su madre y sus hermanos se
intensifica ya que comienza a aparecer los primeros juegos y las primeras
lecciones en cuanto a las reglas de convivencia dentro de la manada.
Si tienes la oportunidad de convivir con una camada en esta
etapa, podrás observar que comienzan a aparecer los juegos bruscos entre los
hermanos, esto es básico para el aprendizaje de todas las reglas sociales del
perro.
Mientras este juego transcurre podemos ver como los
cachorros se dejan llevar por la emoción, aumentando cada vez más la fuerza con
la que juegan hasta que alguno no es capaz de aguantar el ritmo.
Lo más común es que este cachorro llore muy fuerte y se
aleje del juego y de sus hermanos, su chillido hace que la madre se acerque y
se disuelve el juego.
Luego de un par de minutos puedes ver como comienza el juego
de nuevo, como si nada hubiese pasado. Pero, si paso algo…
El cachorro que lloro le hizo entender al que lo mordió que
sus dientes le hicieron daño, y que por no controlar su fuerza se acabo la diversión.
Así que la próxima vez que jueguen debe controlar mejor su mordida para jugar
por más tiempo.
Cuando traemos un cachorro a casa es muy probable que ya
haya aprendido a controlar su mordida al jugar con sus hermanitos, pero ahora
nos toca a nosotros reforzar ese aprendizaje y adaptarlo a nuestras exigencias
ya que la piel de los humanos es más delicada que la de un perro.
Paso 1
-cuando estés jugando con el perro procura hacer que aumente
su emoción y te muerda.
Paso 2
-al sentir que te toca fuerte con sus dientes grita muy
fuerte y aléjate.
El grito debe ser desgarrador, como si de verdad te dolió
mucho. La intensión es que el perro se sorprenda y entienda que expresaste
dolor y no molestia.
Al alejarte le das a entender que no quieres jugar más, esto
le hará recordar el ritual que aprendió con sus hermanos
Paso 3
-Luego de 1 minuto vuelve a jugar con él y veras como el
cachorro va a evitar tocarte con sus dientes para que el juego no termine tan rápido.
Debes tener mucha paciencia
y mucha constancia. Con el tiempo, al pasar las etapas iniciales y llegar a la
etapa adolescente y adulta, el perro habrá aprendido a controlar la fuerza de
su mandíbula para no hacer daño a los miembros de su manada.
Nota: Recuerda que en sus primeras etapas, el cachorro
comenzara a mudar los dientes, así que necesitara morder algo para aliviar la
molestia. Consíguele un juguete mordedor para evitar que muerda tus manos, tus
muebles o tus zapatos.