El perro es un animal social que necesita jugar para crecer, madurar y aprender. Esta es una actividad esencial que le ayudará a desarrollarse intelectualmente y emocionalmente.
Es gracias al juego que los perros comprenden mejor su entorno, conocen el funcionamiento de las cosas, aprenden a respetar a los demás y a seguir reglas básicas de conducta.
Para controlar este recurso debemos tener en cuenta que el humano debe comenzar y terminar cualquier interacción que el perro pueda considerar divertida.
Con esto procuramos enseñarle al perro que el humano decide cuando el perro puede alterarse dejándose llevar por la emoción y cuando debe controlarse y obedecer.
En el caso de que el perro tenga juguetes, estos deben estar guardados en un lugar fuera de su alcance y solo tendrá acceso a ellos:
- cuando El humano quiere jugar con el; para divertirse, reforzar el vínculo de confianza necesario para una buena relación y para reafirmar su liderazgo ante el perro.
- Cuando el perro está muy inquieto; el juguete se usa como un medio de distracción para que el perro redireccione su energía hacia el juguete.
- Cuando el perro se va a quedar solo; igualmente se usa como un distractor para prevenir la ansiedad por separación.
Luego de haber terminado, el humano debe retirar el juguete y guardarlo de nuevo.