Como he dicho en otras ocasiones, el paseo es una actividad fundamental para el correcto desarrollo del perro; les enseña a socializar, les hace conocer el entorno que les rodea y les permite drenar el exceso de energia.
Por esta razón siempre enfoco una parte de mis asesorías a enseñarle a mis clientes, la manera correcta de salir a pasear con su perro, enseñándole a respetar limites, que no debe jalar la correa y que siempre debe seguir al humano.
En un principio está actividad presenta un desafío, porque cuando se trata de un perro adulto, han salido ya a la calle de una manera incorrecta, jalando al humano y llevándolo a pasear hacia donde el perro quiere ir y ese comportamiento se ha visto reforzado.
En otras ocaciones, cuando el perro es aún muy cachorro le cuesta bastante concentrarse ya que todas las cosas nuevas que mira, escucha y olfatea representa estímulos muy difíciles de ignorar.
Es por eso necesario trabajar previamente dentro de casa, con mucha paciencia y cariño, reforzando los comportamientos positivos para que el cachorro aprenda cual es el comportamiento correcto y tenga una referencia a la cual aferrarse al salir a la calle.
Nunca vamos a eliminar las distracciones, pero si podemos enseñarle al perro a prestarnos más atención por medio de la rutina y el refuerzo positivo, convirtiéndonos en algo más interesante para ellos que el entorno que le rodea.
Si quiere conocer el entorno que le rodea, primero debe prestarnos atención y cumplir con la rutina que previamente le hemos enseñado dentro de casa; seguir y estar muy pendiente del humano, volver cuando se le indica, sentarse cuando el humano se detiene por mucho tiempo, respetar los límites que representa una puerta, el orillo de las escaleras y no traspasarlos a menos que el humano lo haga.