Los perros son animales activos que necesitan hacer ejercicio físico a diario para mantenerse sanos y felices. El ejercicio físico no solo mejora la salud física de tu perro, sino que también influye en su salud mental y emocional.
En este artículo, te explicaremos qué cambios químicos ocurren en el perro a la hora de hacer ejercicio físico y por qué es recomendable establecer una rutina de ejercicio físico para corregir un problema de comportamiento o una sesión de adiestramiento.
¿Qué cambios químicos ocurren en el perro a la hora de hacer ejercicio físico?
Cuando tu perro hace ejercicio físico, su cuerpo experimenta una serie de cambios químicos que le ayudan a adaptarse al esfuerzo y a obtener beneficios a corto y largo plazo. Algunos de estos cambios químicos son:
- Aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria: Esto permite que el corazón y los pulmones bombeen más sangre y oxígeno a los músculos y al cerebro, lo que mejora el rendimiento y la resistencia de tu perro.
- Aumento de la producción de energía: Los músculos de tu perro utilizan la glucosa y los ácidos grasos como fuentes de energía para contraerse y relajarse. Estos compuestos se obtienen de la degradación del glucógeno y de las grasas almacenadas en el hígado y en el tejido adiposo. El proceso de producción de energía se llama glucólisis y oxidación de ácidos grasos, y genera como subproductos el ácido láctico y el dióxido de carbono, que se eliminan por la respiración y la orina.
- Aumento de la liberación de hormonas: El ejercicio físico estimula la liberación de hormonas como la adrenalina, el cortisol y la hormona del crecimiento, que regulan el metabolismo, el estrés y la reparación de tejidos. La adrenalina aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la dilatación de los bronquios, lo que facilita el flujo de sangre y oxígeno. El cortisol ayuda a movilizar las reservas de glucosa y ácidos grasos, y a controlar la inflamación. La hormona del crecimiento favorece el crecimiento y la regeneración de los músculos, los huesos y el cartílago.
- Aumento de la producción de radicales libres y de enzimas antioxidantes: El ejercicio físico genera un aumento del metabolismo celular, lo que produce una mayor producción de radicales libres, que son moléculas inestables que pueden dañar las células. Sin embargo, el cuerpo de tu perro también produce enzimas antioxidantes, que son capaces de neutralizar los radicales libres y proteger las células del estrés oxidativo.
- Aumento de la temperatura corporal y de la sudoración: El ejercicio físico eleva la temperatura corporal de tu perro, lo que activa el mecanismo de termorregulación. Tu perro suda por las almohadillas de las patas y por la lengua, lo que le permite evaporar el calor y enfriarse. También jadea, lo que le permite eliminar el exceso de calor y de dióxido de carbono por la respiración.
Todos estos cambios químicos tienen efectos positivos sobre la salud de tu perro, como mejorar la circulación sanguínea, fortalecer el sistema inmunológico, prevenir la obesidad y la diabetes, y retrasar el envejecimiento.
¿Por qué es recomendable establecer una rutina de ejercicio físico para corregir un problema de comportamiento o una sesión de adiestramiento?
Además de los beneficios físicos, el ejercicio físico también tiene beneficios psicológicos y conductuales para tu perro. El ejercicio físico ayuda a tu perro a liberar el exceso de energía, a reducir el estrés y la ansiedad, a estimular el cerebro y el aprendizaje, a fomentar el vínculo y la confianza con el dueño, y a mejorar el sueño y el descanso.
Estos beneficios se traducen en una mejor calidad de vida para tu perro y para ti, ya que previenen o corrigen muchos problemas de comportamiento que pueden afectar a la convivencia. Algunos de estos problemas de comportamiento son:
- Ladrido excesivo: El ladrido es una forma de comunicación de los perros, pero cuando se vuelve excesivo puede ser molesto y problemático. El ladrido excesivo puede deberse a varias causas, como el aburrimiento, la soledad, la ansiedad por separación, el miedo, la agresividad o la territorialidad. El ejercicio físico ayuda a tu perro a canalizar su energía, a relajarse, a distraerse y a sentirse más seguro y tranquilo.
- Masticación: Los perros mastican objetos por varias razones, como el instinto, la curiosidad, la dentición, el hambre, el aburrimiento o la ansiedad. El ejercicio físico ayuda a tu perro a satisfacer su necesidad de explorar, a aliviar el dolor de las encías, a saciarse, a entretenerse y a calmarse.
- Escarbado: Los perros escarban por varias razones, como el instinto, la diversión, el aburrimiento, la ansiedad, el calor o el frío. El ejercicio físico ayuda a tu perro a liberar su instinto natural, a divertirse, a ocupar su tiempo, a relajarse y a regular su temperatura.
- Agresividad: Los perros pueden mostrar agresividad por varias razones, como el miedo, el dolor, la dominancia, la territorialidad, la protección o la frustración. El ejercicio físico ayuda a tu perro a reducir su nivel de estrés, a aumentar su autoestima, a socializar con otros perros y personas, a respetar tu liderazgo y a liberar su tensión.
El ejercicio físico también es un excelente aliado para el adiestramiento de tu perro, ya que mejora su capacidad de atención, concentración y memoria, y facilita el aprendizaje de nuevos comandos y habilidades. Además, el ejercicio físico refuerza el vínculo y la comunicación entre tú y tu perro, lo que hace que el adiestramiento sea más efectivo y placentero.
¿Cómo establecer una rutina de ejercicio físico para tu perro?
Para establecer una rutina de ejercicio físico para tu perro, debes tener en cuenta su edad, condición física, estado de salud y preferencias. No todos los perros necesitan el mismo tipo ni la misma cantidad de ejercicio. Lo ideal es consultar con tu veterinario para que te oriente sobre el programa de ejercicio más adecuado para tu perro. Algunas reglas y consejos generales son:
- Los cachorros con huesos en crecimiento pueden sufrir traumas esqueléticos por el impacto repetitivo de las carreras largas. Les conviene más jugar en cortos intervalos y a su propio ritmo. Los paseos con correa suelen estar bien, pero hay que tener cuidado de no excederse. También hay que limitar los paseos fuera de casa hasta que el cachorro complete todas sus vacunas, por su seguridad.
- Los perros adultos suelen necesitar entre 30 y 60 minutos de ejercicio físico al día, dependiendo de su raza, tamaño y nivel de energía. Lo ideal es combinar diferentes tipos de ejercicio, como caminar, trotar, correr, nadar, saltar, jugar, etc. También es importante variar el lugar y el recorrido, para que tu perro se estimule con nuevos estímulos y no se aburra.
- Los perros ancianos suelen tener menos resistencia y movilidad, y pueden padecer problemas de salud como artritis, artrosis, obesidad, diabetes, etc. Por eso, hay que adaptar el ejercicio físico a sus capacidades y limitaciones, y evitar los esfuerzos excesivos y las actividades de alto impacto. Lo ideal es hacer paseos cortos y frecuentes, y ejercicios suaves y de bajo impacto, como nadar, caminar sobre superficies blandas, hacer estiramientos, etc.
- Los perros de hocico corto (braquicéfalos) como los pugs o los pekineses necesitan un programa de acondicionamiento cardiovascular diferente al de los golden retrievers, por ejemplo. Estos perros tienen más dificultad para respirar y enfriarse, por lo que hay que evitar el ejercicio físico intenso y prolongado, especialmente en climas cálidos y húmedos. Lo ideal es hacer paseos cortos y moderados, y proporcionarles agua y sombra frecuentemente.
- Los perros con problemas de salud como enfermedades cardíacas, respiratorias, articulares, neurológicas, etc. requieren una atención especial y un seguimiento veterinario para determinar el tipo y la cantidad de ejercicio físico que pueden hacer. Hay que evitar el ejercicio físico que pueda agravar su condición o causarles dolor o malestar. Lo ideal es hacer ejercicios adaptados a sus necesidades y capacidades, y consultar con el veterinario ante cualquier signo de alerta como tos, jadeo excesivo, debilidad, cojera, etc.
- Los perros con preferencias personales pueden disfrutar más de ciertos tipos de ejercicio físico que de otros, dependiendo de su personalidad, su raza y su historia. Algunos perros son más sociables y les gusta jugar con otros perros, otros son más independientes y prefieren explorar por su cuenta, otros son más obedientes y les gusta aprender nuevos trucos, etc. Lo ideal es conocer a tu perro y ofrecerle el ejercicio físico que más le divierta y le motive, sin forzarlo ni presionarlo.
Para establecer una rutina de ejercicio físico para tu perro, debes ser constante y flexible. Debes establecer un horario regular para el ejercicio físico, y adaptarlo a las condiciones climáticas, a tu disponibilidad y a la de tu perro. Debes ser flexible y respetar el ritmo y el estado de ánimo de tu perro, y no obligarlo a hacer ejercicio físico si está cansado, enfermo o asustado. Debes ser positivo y alentador, y premiar a tu perro con caricias, elogios y golosinas por su esfuerzo y su buen comportamiento.
El ejercicio físico es una de las mejores formas de cuidar a tu perro y de mejorar su calidad de vida. El ejercicio físico beneficia a tu perro a nivel químico y conductual, y también a ti, ya que te permite compartir momentos de diversión, de salud y de amor con tu mejor amigo. Así que no lo dudes más, y empieza hoy mismo a establecer una rutina de ejercicio físico para tu perro. ¡Tu perro te lo agradecerá!