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¿Quieres educar a tu perro? ¡conoce el condicionamiento y entenderás como aprenden los perros!


Después de mostrarle al perro que estas capacitado para ser su líder, te toca enseñarle las conductas más apropiadas para vivir en un entorno diseñado principalmente para los seres humanos ya que el perro estará dispuesto a aprender.

Para esto debes conocer un poco sobre el conductismo; corriente de la psicología que se basa en la observación del comportamiento o conducta del individuo y que explica el mismo como un conjunto de relaciones entre estímulo y respuestas.

Esta corriente maneja distintas teorías, entre ellas las que se encargan del estudio del condicionamiento clásico y el condicionamiento operante.


Condicionamiento clásico:
Es un tipo de aprendizaje asociativo que fue demostrado por primera vez por ivan pavlov. Se dio cuenta de que al ponerle la comida al perro este salivaba.

Cada vez que le pusiera la comida, pavlov hacía sonar una campana, de modo que, cuando el perro la escuchaba, asociaba ese sonido con la comida y salivaba.

Así, el perro estaba dando una respuesta (en este caso la salivación) a un estímulo (la campana). La próxima vez que escuchara la campana, independientemente de si iba unida a la comida, empezaría a salivar.

Un ejemplo común de condicionamiento clásico que podemos ver en el perro es la emoción que demuestra al llegar la hora de salir a pasear.

Condicionamiento operante
También llamado “aprendizaje por ensayo y error” es una forma de aprendizaje mediante la cual un individuo tiene más probabilidades de repetir las conductas que conllevan consecuencias positivas y, por el contrario, menos probabilidades de repetir las que conllevan consecuencias negativas.
Como se puede apreciar en la ilustración, utilizaremos refuerzos (premios) y castigos para dirigir el proceso de aprendizaje del perro, pero es necesario comprender la diferencia entre castigo y mal trato, es común ver personas que al no recibir del perro la respuesta que esperan, se frustran, les gritan, les pegan, esperando que así el perro entienda que no debe dar esa respuesta.

Esto simplemente es una forma que tiene el humano de desahogarse, que no tiene nada que ver con el proceso sano de aprendizaje, y aunque en algunos casos parecerá dar resultado, en paralelo está destruyendo la posibilidad de una relación sana con el perro.

La mascota obedecerá por miedo a ser maltratado y no por que desee hacerlo, esto crea conductas inapropiadas en el perro muy difíciles de corregir. Además, puede activar en el perro su instinto de supervivencia que lo hará reaccionar de las tres formas antes mencionadas; se quedara paralizado, buscara huir, o atacara a su agresor.

Para no caer en esta trampa de las emociones humanas y convertirnos en maltratadores tenemos que conocer los tipos de refuerzos y castigos que existen y definir cuales utilizaremos en el proceso de educación del perro.

Recomendamos utilizar refuerzo positivo y castigo negativo ya que son los más sencillos, más útiles y menos contraindicados para moldear la conducta del perro en el proceso de aprendizaje en cualquier etapa de vida.

Refuerzos positivos: consiste en entregarle al perro algo que le guste para que tenga más posibilidades de repetir el comportamiento.

Le damos atención; le hablamos bonito, le damos caricias, etc…
Le damos diversión: le entregamos una pelota, jugamos con el, etc…
Le damos de comer: galletas, salchichas, zanahorias o algo que le guste mucho, etc

Castigo negativo: consiste en quitarle al perro algo que le guste por un tiempo definido (3 minutos serán suficientes) para disminuir la posibilidad de repetir el comportamiento.

No le damos atención: tratarlo con indiferencia e ignorarlo en la medida de lo posible.
No le damos diversión: le quitamos sus juguetes y cualquier posibilidad de diversión.
No le damos de comer: no recibirá nada de comer hasta que dé una respuesta positiva que queramos que se repita.

También existe el castigo positivo y el refuerzo negativo, esta combinación es utilizada en algunos casos que requieren de cierto nivel de agresión controlada para contrarrestar la agresión o el intento de dominancia por parte del perro.

Castigo positivo: agregamos algo que al perro No le gusta para que sepa que su respuesta no es la adecuada y disminuya la posibilidad de repetir el comportamiento.

Le damos un toque: no se trata de golpearlo sino de llamar su atención.
Le damos un jalón en la correa: la intención es hacer que sienta presión en el cuello pero jamás dolor, esta corrección no se debe utilizar a la ligera pues el perro puede habituarse a la presión y dejaría de hacerle caso.
Le rociamos agua en la cara: esta técnica era muy utilizada hace algunos años, es muy útil, aunque mal utilizada puede ocasionar repuestas indeseadas por parte del perro.

Refuerzo negativo: se trata de quitar el castigo positivo cuando el perro deja de comportarse de una manera incorrecta.
Ejemplo: Dejar de jalar su correa

Si la opción recomendada de refuerzo positivo y castigo negativo no funciona se recomienda contactar a un profesional en conducta canina para que le enseñe con la practica a utilizar correctamente y con la intensidad adecuada esta técnica.

Como ya habrás intuido, el condicionamiento es la herramienta mediante la cual educaremos al perro, es de suma importancia comprender a la perfección el proceso descrito en el condicionamiento operante ya que así podremos entender como se ha creado algunos comportamientos en el perro, como corregirlos y como crear nuevos comportamientos.

Cuando condicionamos al perro con una nueva conducta, debemos tener en cuenta que este tiene que pasar por ciertas etapas en el proceso de aprendizaje. Etapas necesarias para que internalice lo aprendido y las posibilidades de conseguir la respuesta esperada aumenten.

Las etapas en el proceso de aprendizaje:

Adquisición: el perro adquiere el nuevo conocimiento.

Automatización: el perro repite con más frecuencia el comportamiento hasta que se vuelve automático.

Generalización: el perro se acostumbra a realizar el comportamiento en distintos entornos y circunstancias.

Mantenimiento: el perro practica el comportamiento aprendido para no olvidarlo.





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